Este espacio ocupa un sector de topografía diversificada en las medianías de la isla (vertiente norte), caracterizada por una red jerarquizada de barrancos donde destacan los de Acebuchal y Guiniguada. Entre ambos, sobresalen lomas con dirección SO-NE, en las que se entremezclan materiales de diversa antigüedad.
El paisaje vegetal viene definido por amplios pastizales con rodales de acebuches (Olea europaea) y lentiscos (Pistacia lentiscus) acompañados de Tabaiba amarga (Euphorbia obtusifolia) y Granadillo canario (Hypericum canariense) y, en riscos como los del barranco del Acebuchal, crecen algunos barbuzanos (Apollonias barbujana). Además, en los altos de San Gregorio existen restos de cardonales y palmerales.
Desde una perspectiva insular, el lugar comprende las comunidades de mayor valor ecológico y mejor estado de conservación de los lentiscares (comunidades de Pistacia lentiscus y Olea europaea cerasiformis), cuya distribución es exclusiva de Gran Canaria. La sola inclusión de este lugar implica un aumento aproximado del 80% de la representación insular de este hábitat, con lo que se convierte en un lugar clave para la conservación del hábitat 9320 en la isla y en el conjunto del Archipiélago.