La reserva se sitúa en el margen sureste de una extensa plataforma sedimentaria en las desembocaduras de los barrancos de Fataga, Ayagaures y Chamoriscán. En realidad, las dunas se encuentran sobre una de las tres terrazas aluviales, producto de diversas regresiones del nivel del mar debido a cambios de clima durante el Cuaternario. La mayor parte de las dunas son activas y se desplazan de Este a Oeste con relativa regularidad, pero un sector al norte del espacio y protegido por la terraza de la urbanización Playa del Inglés carece de movilidad. En este último existe una interesante concentración de vegetación halófilo arenosa de Tarajal canario (Tamarix canariensis), Palmera canaria (Phoenix), juncos (Juncus acutus) o el endemismo local de esta zona de la isla, el Salado verde (Schizogyne glaberrima).
La vegetación actual se compone de comunidades psamófilas, más o menos halofíticas. En la zona arenosa se observan tanto comunidades interdunares dominadas por la juncia propia de zonas salitrosas (Cyperus capitatus) y la Melosa aserrada (Ononis serrata). Esta reserva comprende también la llamada Charca de Maspalomas, con una riqueza ornítica y florística muy destacada en el pasado pero considerablemente empobrecida en la actualidad.
Este espacio delimita un sistema natural característico del Archipiélago, el hábitat dunar halófilo, que no está representado con estas características en ningún otro lugar de la isla. Es una zona bien conservada, cuyo entorno se encuentra intensamente urbanizado, lo cual amenaza su pervivencia. Gran parte de la flora y algunas de las especies orníticas que visitan las zonas húmedas de este espacio están protegidas por normativas de rango nacional y regional.
Además, abundan las especies de insectos sabulícolas - algunos endémicos - relacionadas con la fauna africana. Posee también gran interés científico, con elementos geomorfológicos y geológicos de destacado valor que conforman un paisaje de gran belleza y singularidad.