Amplio Espacio Natural situado en el Noroeste de la isla de Gran Canaria, que abarca el macizo formado por las montañas de Tirma, Altavista y Tamadaba, así como una franja costera. El Macizo de Tamadaba se formó por acumulaciones del primer ciclo eruptivo de la isla, se trata de basaltos antiguos miocénicos, cubiertos por materiales del complejo traquisienítico. El espacio posee una enorme riqueza florística destacando las formaciones de pinar húmedo y la vegetación rupícola. En la costa la erosión ha labrado grandes acantilados como el del Andén Verde, uno de los mayores de la isla, y peculiares formaciones como el Dedo de Dios.
También incluye zonas más modernas, como Punta de las Arenas, donde hay interesantes depósitos dunares cuaternarios, de carácter relíctico. Las zonas más altas al norte del parque natural, sobre los 1.000 m, están ocupadas por un magnífico pinar que se extiende por todo el macizo de Tamadaba y parte de Altavista, hasta los acantilados de Guayedra y Faneque. Quizá el uso más intenso que ha sufrido esta comarca es el de la ganadería, que todavía persiste, a pesar de haberse reducido considerablemente.
La red de barrancos, escarpes y macizos de esta zona configura un paisaje erosivo de contrastes y gran belleza, donde se pueden identificar elementos naturales de notable interés geomorfológico. En Tamadaba se encuentra uno de los pinares naturales mejor conservados de la isla, de notable eficacia en la captación hidrológica, como atestigua la presencia de varias presas artificiales en su entorno.
Otros biosistemas bien conservados son los de barrancos y los cardonales y tabaibales de zona bajas, además de los hábitats de escarpes. En los riscos de Guayedra se encuentran varias especies amenazadas, algunas de las cuales son exclusivas de este lugar. Además determinadas especies de aves endémicas y amenazadas encuentran en los pinares áreas idóneas de nidificación.